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Con esa luz de inicio de primavera en Inglaterra, que ilumina pero mantiene los tonos azules y grisáceos, no me extraña que Bram Stoker escribiera aquí Drácula. Esto atrae a personas vampirescas y familias darks: abuela, padres e hijo vestidos de negro pero comiendo helado porque a 8º qué frío pueden sentir.
Inspiración para Drácula.
Recorrimos el muelle hasta que de repente lo vi: el Mar del
Norte. No estaba preparada para nuestro encuentro. Seguimos caminando hasta que
el muelle lo permitió, el faro lo estaban arreglando, pero debido a que no era
temporada de tormentas, pudimos llegar hasta el extremo para estar frente a ese
mar frío.
Ver el Mar del Norte ha
sido de los mejores sucesos de esta norteña vida mía. También vi, entre
neblina, los acantilados de la isla británica. Aunque he conocido algo de la naturaleza británica (para leer más al respecto, da clic aquí), siempre los quise ver, espero
que nuestro siguiente encuentro sea con una atmósfera más clara.
Pude ver esos cortes en la tierra, como si las montañas se partieran finamente
en dos para ser separadas para siempre. Dice mi hermano que cuando viajas de
Francia a Inglaterra en ferry es lo primero que ves conforme te acercas a la
isla. Una bienvenida británica.
El Mar del
Norte.
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