lunes, 9 de mayo de 2016

Mar del Norte. Playa de Whitby

Me dijeron que Whitby era la costa, que había playa. Llegamos y vi un canal y muchas gaviotas, signos inconfundibles de la entrada y salida al mar. Caminamos por el muelle y desde ahí vimos las ruinas de la abadía, situada en la parte más alta del acantilado.

Para ver una foto y leer la primera parte del post, da clic aquí.

Con esa luz de inicio de primavera en Inglaterra, que ilumina pero mantiene los tonos azules y grisáceos, no me extraña que Bram Stoker escribiera aquí Drácula. Esto atrae a personas vampirescas y familias darks: abuela, padres e hijo vestidos de negro pero comiendo helado porque a 8º qué frío pueden sentir.


Inspiración para Drácula.

Recorrimos el muelle hasta que de repente lo vi: el Mar del Norte. No estaba preparada para nuestro encuentro. Seguimos caminando hasta que el muelle lo permitió, el faro lo estaban arreglando, pero debido a que no era temporada de tormentas, pudimos llegar hasta el extremo para estar frente a ese mar frío.

Ver el Mar del Norte ha sido de los mejores sucesos de esta norteña vida mía. También vi, entre neblina, los acantilados de la isla británica. Aunque he conocido algo de la naturaleza británica (para leer más al respecto, da clic aquí), siempre los quise ver, espero que nuestro siguiente encuentro sea con una atmósfera más clara. 

Pude ver esos cortes en la tierra, como si las montañas se partieran finamente en dos para ser separadas para siempre. Dice mi hermano que cuando viajas de Francia a Inglaterra en ferry es lo primero que ves conforme te acercas a la isla. Una bienvenida británica.

El Mar del Norte.

Para leer la tercera parte del post, da clic aquí.

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